de Mariano Martín

jueves, 16 de febrero de 2017

Vidaloide

Resultado de imagen para solenoide campo magnetico

La cinta roja atada en mi mano. Recuerdo quien la ató y como. Pero lo que no recuerdo es aquel momento en que la cinta roja contra la envidia había sido atada con un solo giro mediante, disponiéndose así cual banda de Moebius. Esta topología es simplemente una banda con una sola cara y un solo borde, dado que se construye dando vuelta uno de los extremos y uniéndolos luego. Siempre me llamo la atención esta topología y mis ocurrencias de compararla con algo tan inmenso, desconocido y real como la vida. ¿Será que la vida misma es la banda de Moebius? Pero este simple pensamiento de una persona común y corriente como yo, ha sido ya abordado históricamente por grandes intelectuales. Lacan, aunque con otra impronta en su teoría de la topología en el psicoanálisis, utiliza la banda de Moebius para explicar algunas cosas. Yendo directo al grano y sin entrar en la teoría: los extremos no están de lados opuestos sino del mismo. Inconsciente y consciente son lo mismo. Se trasvasa del uno al otro por la misma cara y borde. Los opuestos que tanto nos balancean. Bien, ahora retomando mi visión... si la vida misma es la banda de Moebius ¿Hay manera de salir de ella? ¿O es que en realidad la vida es más fácil de analogarse a otra topología? ¿Un toroide? Ese anillo magnético. Girando entorno al toro. Esto también lo analizó Lacan. Es que este hombre ya ha tomado todas las topologías para realizar su teoría renovada del psicoanálisis, reestructurando al viejo Freud.
De la topología que no he encontrado registro a modo de metáfora es del solenoide. Una estructura helicoidal capaz de generar un campo magnético muy fuerte en su interior y muy débil en su exterior. ¿Y que si la vida es un solenoide entonces? Describiendo su propia forma espiralada/helicoidal y nosotros estando adentro de la misma con un solo sentido vectorial de avance. De terminar la longitud del solenoide, entraríamos en el campo externo, el cual da un giro sobre si mismo y vuelve a entrar al dispositivo, osea la vida misma. Esto puede tener dos interpretaciones. Una es que al terminarse el largo del solenoide, la vida se acaba como tal, pero vuelve a retomarse en otra vida, que en realidad es la misma. Punto a favor para los re-encarnacionistas. Otra sería explicar esta teoría de modo similar a la banda de Moebius, es decir que siempre se trata de la misma cara o en este caso el mismo campo magnético. En el solenoide el camino de nuestra vida se rige por el campo que se abre ante la inminente corriente eléctrica, a diferencia de la banda de Moebius en donde nuestra vida se vería encaminada por la superficie única de la mencionada topología.
Me convence más esta segunda opción. Pero bien... ¿que sería esta fuerza eléctrica que determina el campo magnético de nuestro destino? ¿Son las acciones que uno toma día a día y traen una consecuencia inmediata? ¿Es cada una de las acciones el movimiento de los electrones sobre la hélice? ¿O es que la corriente eléctrica es ajena a nosotros y es una fuerza impulsora natural que escapa a nuestras capacidades y por lo tanto nuestro destino ya está determinado desde el inicio de los tiempos?
Algo también que llama a la reflexión es la intensidad de los campos magnéticos. En el exterior de la espiral es débil y en el interior es fuerte. Véase aquí dos cosas. Cuando nos encontramos dentro del mismo el avance sería intenso, impulsándonos hacia adelante rápidamente, pero cuando estamos afuera el avance sería lento, aunque también nos impulsaría. ¿No se condice esto también con situaciones de la vida misma? Momentos en los cuales los días son efímeros, se volatilizan, escapándose. Y por otra parte momentos eternos en los cuales las agujas del reloj son de plomo. Momentos rápidos ¿cuáles? La respuesta espontánea, los felices, por dentro del solenoide. Momentos lentos, los tristes. Los momentos penosos, tormentosos, esos en los que el tiempo no transcurre se encontrarían por fuera mismo del solenoide. Como dije más arriba uno llega indefectiblemente a estos momentos de forma repetitiva, de esta manera podrían vincularse nuevamente la figura de la banda de Moebius con la del solenoide. En un caso impulsado por el campo y en la otra por la superficie transportadora. Llevándonos de los momentos felices a los tristes y viceversa.
Anteriormente me pregunté si se puede salir de la banda de Moebius. La respuesta se encuentra en el corte de la misma, pero no quiero profundizar en eso, porque todo corte se corresponde luego con una re-enlazamiento de la misma banda, lo cual sería un reciclado de la vida. En cambio en el solenoide, y teniendo en cuenta que el movimiento de electrones que determina el campo eléctrico de la vida podría estar dictado por nuestras acciones continuas, existiría la posibilidad de cambiar la intensidad del campo con tan solo cambiar nuestras acciones. Ahora bien ¿realizar qué tipo de acciones aceleraría el campo haciendo que el tiempo transcurra más rápidamente? ¿cuales lo contrario? ¿O es esto una metáfora de la retro-alimentación positiva y negativa, en la cual cuantos más buenos momentos, más rápido se nos pasa el tiempo, y cuantos más momentos malos, más lento se nos hace? Esta teoría deja cabos sueltos y preguntas abiertas. Por ejemplo, el hecho de vivir muchos momentos buenos, aumentaría la intensidad del campo magnético, la velocidad relativa a la cual transcurre el tiempo y por lo tanto la llegada al final del dispositivo, sumiéndonos rápidamente en una etapa sombría. Aquí, la retro-alimentación negativa generaría una disminución de la intensidad del campo, con la consecuente disminución de la velocidad relativa del tiempo y por lo tanto la salida de este momento negativo ¿es esto así? Tal vez la respuesta esté justamente en la concepción relativa del tiempo. Tomando de esta manera tópicos de la teoría de la relatividad de Einstein.
¿Y que hay respecto de la longitud del solenoide? ¿es constante o se puede ver alterada en distintos momentos, alargando o acortando trayectorias y colaborando a la percepción relativa del tiempo? Bien, según la física y el dispositivo tradicional, la longitud del mismo es constante. Pero permito analizar este aspecto desde la metáfora de la vida misma, aunque ponerlo en juego complicaría mucho el análisis del modelo teniendo en cuenta la capacidad de modificar la intensidad del campo magnético. Es decir, de modificarse la longitud y el campo, habría dos variables que estarían encargadas de la relatividad del tiempo. La modificación del campo podría darse por las acciones cotidianas que uno toma, pero el largo del solenoide desconozco completamente como podría modificarse. Por lo cual quedaría un cabo suelto. Aunque no habría que despreciarlo, de hecho estamos muy lejos de comprender la vida misma y el sentido que ella esconde.