de Mariano Martín

sábado, 26 de abril de 2014

Huída

Estaba herido de bala en una pierna. El orificio calibre 22 en la bombacha de campo indicaba el daño de un Winchester. Una vez más lo pescaban al matrero robándose cabezas de ganado en el campo del Señor Van Köhler. Llegó a escaparse al galope antes de que una balacera furiosa le desparrame los sesos en la tierra seca. A los pocos kilómetros su cuerpo no daba más. Su respiración era pesada, casi como el bao que emanaba la trompa del equino que lo llevaba a pelo, su cabello tenía el polvo del oeste arreado por el pampero, y su sangre regaba el pasto puna de la llanura. 

Allá a lo lejos apareció un molino. Tal vez este sea un amigo para el, contrapartida del quijote, indicándole la huella humana en el medio de la pampa. Al acercarse, el molino se le hizo familiar. A tranco lento se arrimó al rancho. Golpeó las manos. Primero salió un niño correteando, luego un perrito pulgoso y por último una hermosa dama. 


-Otra vez tu y tus heridas che, que no va más te digo, a ver vente pa' dentro que te curo eso-
El matrero entró rengueando con la ayuda de la mujer que oficiaba de muleta y se desplomo en una sillita de madera castigada por el peso. El alcohol invocó el grito del alma que voló una de las chapas del techo. La mordaza recibía abierta la ira y el dolor liberado. Afortunadamente la bala entro y salió, dejando el gemelo perforado pero sin necesidad de una intervención quirúrgica mayor.

A la hora de la siesta corren los cardos rusos. El matrero mira enajenado como un bebé que se encuentra en el espejo por primera vez. Piensa, reflexiona y piensa de nuevo... "¿Será hora de dejar esta vida de lado, mudarse a alguna ciudad, buscar trabajo y empezar de 0?" En una de esas tiene suerte y lo acompañan. Tal vez en un lugar más grande nadie lo reconozca y no tenga que huir de balazos. Tal vez...
-Hay que cambiar esa venda, después del mate te limpio de nuevo y ya... `perate che acá tenes agua, estás atorado como pato con tripa- el matrero tosía un pan y la doña le alcanzaba una tacita con agua de pozo -ya ves, estas flaco y harapiento, deja esto hombre y busca dignidad, no esta vida hombre-

Luego de una noche dolorosa pero amena, la escarcha de la mañana posa sobre la tierra y regala un juego de luces reflejando el sol. El matrero sale del rancho, se arranca su venda y sube a su caballo. Al galope firme se aleja del rancho en busca de... nadie sabe de que...


martes, 1 de abril de 2014

¿Vos que harías?

¿Qué harías vos si nacieras en la nada? ¿Qué harías si crecieras en la miseria?


Tus viejos no te dan ni tronco, son solo nombres y apellidos, a veces ni eso ¿Qué hacés? El mejor plato que tenés, si es que hay plato, es un poco de arroz seco y blanco ¿Qué hacés? Tus amigos están en la misma, y en el barrio no hay nada que hacer. El club del barrio está cerrado, poco de cultura que llegue, la escuela es un comedor y nada más ¿Qué hacés? Salís del barrio, la gente se cruza de vereda, te miran mal o ni te miran. La no personalización del que menos tiene ¿Qué haces? Buscas laburo, algo que te ayude a crecer, a tener dignidad, todos te dan vuelta la cara. ¿Qué hacés?

Cuando los caminos se cierran quedan pocas alternativas. Las ya conocidas. Las que creo que nadie desea pero que acude muchas veces desesperadamente y muchas otras por la presión de la sociedad de consumo que aplasta el inconsciente. “Destapá felicidad”, ahora viene embotellada, eso es lo que venden y lo que como sociedad compramos. Claro, cómo un pibe que vive en la calle puede ser feliz si ni siquiera tiene unos mangos para “destaparla”. “Ser o no ser” ¿de Shakespeare o de una publicidad? “Compartida la vida es más” ¡Seguro! ¿Compartida en dónde? ¿En un teléfono? ¿En una red social? Vida virtual, si no parece que no la hay.

Ahora la solución a esto parece que es matar a un pobre pibe que NO nació chorro (nadie nace delincuente) pero que lamentablemente la salida que encontró fue esa. En lugar de intentar atacar las malas bases que la sociedad que creamos y fomentamos tiene, matamos a un pobre pibe. Hablo de bases tanto políticas, como económicas, como sociales, como CULUTRALES. Ya nadie se mira a los ojos con sinceridad. La permanencia de lo efímero en la moderna sociedad líquida. Porque todos hablan de la bendita “inseguridad”. La seguridad es abstracta si no existe Justicia Social.